¿Estamos tan mal como en la primera ola?
ARTÍCULO DE OPINIÓN. — POR ROBERTO MÍNGUEZ SOLANA.*
En este breve artículo queremos hacer un análisis muy sencillo de los datos de contagiados y fallecidos por Covid-19 de España que se publican en el European Centre for Disease Prevention and Control, para hacer una comparación entre los datos de la primera y la segunda ola con un doble propósito:
- Dar nuestra interpretación de los mismos y desmentir dos noticias o comentarios que hemos tenido la oportunidad de escuchar en los últimos días.
- Poner en perspectiva la situación actual de la segunda ola en comparación con la situación que vivimos durante los meses de marzo-abril y mayo por Covid-19. Especialmente ahora que se está planteando un nuevo estado de alarma.
COMENZEMOS POR EL PRIMERO DE LOS PUNTOS:
Que trata sobre las comparaciones que hacen entre la situación actual de la segunda ola y la que vivimos durante los meses de marzo a mayo en la primera ola. Creemos que estamos muy lejos de las cifras catastróficas de esa primera ola, y para justificar nuestros argumentos os invitamos a echar un vistazo a las dos primeras figuras que adjuntamos a continuación.
La primera figura se corresponde con la evolución diaria de fallecidos (triángulos negros), y la segunda con la evolución diaria de positivos (triángulos negros). Los triángulos azules en ambos casos son una media móvil de 7 días para evitar el efecto fin de semana por cómo registran los datos.
Si marcamos una línea imaginaria en el 21 de junio resulta que la ratio de fallecidos versus contagiados antes del 21 de junio es del 11.48%, mientras que si tomamos los datos después del 21 de junio ese valor se reduce a un 0.79%. Estas ratios no dejan de ser tasas de mortalidad. Esta tremenda diferencia en ambos periodos se debe a dos motivos principalmente:
- Las medidas que se están tomando en la actualidad de uso de mascarillas, higiene, distanciamiento social, que las personas más vulnerables son más cuidadosas, etc. han contribuido a reducir la tasa de mortalidad de esta segunda ola.
- Que en la primera ola no se hacían suficientes PCRs como para saber la cifra de contagiados reales.
Para que se vea aún más clara la diferencia de esta segunda ola con respecto a la primera, vamos a aplicar a los fallecidos de la primera ola la tasa de fallecimientos de la segunda, y estimar así cómo habría sido esa primera curva de contagios si se hubieran hecho tantas PCRs como se están haciendo ahora. Para ello simplemente dividimos los datos de fallecidos diarios antes del 21 de junio por la tasa del 0.79%. La curva resultante se muestra en la siguiente figura con triángulos rojos.
Nótese que la diferencia con la curva de contagios registrada oficialmente es abismal, con un pico de más de 100,000 contagiados en un día. Si sumamos los contagiados estimados antes del 21 de junio obtenemos un total de 3,564,160 positivos. Nótese que podría pensarse que el valor real no haya sido tan alto como el que indica esa cifra porque la tasa de fallecimientos en la primera ola seguramente fuera mayor de ese 0.79%. Sin embargo también hay argumentos que permitirían pensar que fue incluso mayor:
- Primero, porque no estamos seguros de la cantidad de gente que realmente se ha contagiado a día de hoy, por lo que la tasa de mortalidad podría ser incluso menor a ese 0.79%.
- Segundo, por la dudosa valía de los datos de fallecidos oficiales de la primera ola, muy inferiores a los estimados de acuerdo a los datos del sistema oficial MOMO.
En cualquier caso, estos resultados concuerdan muy bien en orden de magnitud con los que ya proporcionamos nosotros en nuestros análisis pasados, y que mostramos de nuevo en la siguiente figura.
En esta figura se muestran los fallecidos (puntos magenta) y positivos (puntos rojos) acumulados en escala semi-logarítmica. Además, se muestran unas curvas de positivos estimados que se obtienen sin más que asumir una tasa de fallecimiento media del 1.18% y distintos desfases de tiempo entre las curvas, que reflejan el tiempo medio desde que una persona se infecta hasta que fallece. Ese 1.18% se obtuvo usando tasas estimadas en otros países por rangos de edad y la pirámide poblacional de España. Además, se considera una incertidumbre (desviación típica) del 0.29% en la tasa de mortalidad, y las líneas discontinuas muestran las bandas de confianza de las curvas del 95%.
Como puede apreciarse, el valor esperado hoy en día está cercano a los 3 millones de contagiados, mientras que las bandas de confianza están aproximadamente entre 2 y 5 millones de personas. Si bien el número exacto de positivos a fecha de hoy es muy incierto, lo que es indudable acorde a los datos es que los 1,026,281 positivos detectados distan mucho del valor real con una altísima probabilidad.
En definitiva, los positivos detectados después del 21 de junio ascienden a 779,432, muy lejos de los que probablemente se contagiaron en la primera ola, y por eso podemos concluir que esta segunda oleada dista mucho de llegar a los niveles de la primera, al menos de momento.
RESPECTO AL SEGUNDO DE LOS PUNTOS:
que nos ha llamado la atención es la de que no estamos en la segunda ola, sino que estamos en la tercera. Honestamente, si analizamos la evolución de los datos de España vemos que hay un aumento progresivo de fallecidos desde agosto, pero no se aprecian con claridad una segunda y una tercera ola ni mucho menos. Para nosotros una tercera ola se manifestaría como en Irán, tal y como se muestra en la siguiente figura.
En este caso se ve claramente que han habido tres olas bien diferenciadas, cosa que no ocurre con España.